junio 30, 2025 2 lectura mínima
Dicen que los superhéroes no siempre llevan capa… y nosotros decimos que a veces tienen forma rectangular, peludita y están en el piso. Así es: el tapete. Ese objeto que parece estar ahí nomás "de adorno", pero que en realidad tiene más personalidad que algunos invitados a la cena.
Un buen tapete puede:
Definir un espacio (bye bye confusión entre sala y comedor).
Añadir calidez (literal y emocional).
Hacerte sentir que tienes la vida resuelta (aunque sigas aplazando la lavadora).
Los tapetes no son solo decoración. Son una declaración de estilo, una alfombra roja que dice: “aquí vive alguien con buen gusto… y que probablemente vio muchos reels de decoración en Instagram”. ¿Eres más de tapetes bohemios con flecos? ¿Minimalistas en tonos neutros? ¿O team “tapete peludo donde se me pierden las llaves”? Hay un tapete para cada personalidad, incluso para los indecisos (spoiler: existe el tapete reversible).
Hay estudios (ok… no tan científicos, pero bastante convincentes en Pinterest) que demuestran que cambiar el tapete de tu casa puede darte la sensación de haber remodelado todo el lugar. Es como cortarte el cabello después de una ruptura, pero sin arrepentimientos ni necesidad de gorra.
Además, ¿sabías que en muchas culturas el tapete es símbolo de bienvenida, estatus o incluso buena suerte? Así que sí, ese pedacito de tejido puede estar cargado de más energía positiva que tu taza de café mañanera.
“¡Barre debajo de mí, por favor!”
“¡Ese jugo de uva me va a dar un infarto!”
“¡Soy un tapete, no un trampolín!”
Bueno, no hablan… pero si lo hicieran, seguro tendrían mucho que decir.
El tapete es mucho más que un accesorio. Es el alma del espacio, el abrigo de tus pies y el cómplice de muchos momentos cotidianos. Así que la próxima vez que lo veas, no lo pises sin antes darle un reconocimiento mental. ¡Se lo ha ganado!
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julio 16, 2025 2 lectura mínima
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