La forma correcta de limpiar un tapete depende del tipo de material del que esté hecho. En general, se puede usar una aspiradora para eliminar el polvo y la suciedad. 

Es muy importante asegurarse de que el tapete esté completamente seco antes de volver a colocarlo en el piso. Se sugiere para el secado independiente del viento, evitar la luz solar directa y el calor excesivo.

El tamaño del tapete  dependerá del espacio en el que se colocará. Se ofrece medir el sector donde se colocará el mueble y agregar de 10 a 20 cm extra a cada lado para balance estético.

La principal diferencia entre los tapetes tejidos a mano y los hechos a máquina es la edad y la habilidad necesarias para prepararlas. Los tapetes tejidos a mano son únicos y tienen un aspecto más artesanal, mientras que los tapetes hechos a máquina son más uniformes y, a menudo, menos costosos.

El tapete debe enrollarse con la parte inferior hacia afuera y asegurarse con una cuerda o cinta flexible. Es importante evitar doblar el tapete, ya que esto puede causar arrugas permanentes, si lo vas a guardar en un lugar sin luz y propenso a humedad te recomendamos cubrirlo con alguna sábana o tela que ya no utilices.

Los materiales más comunes para los tapetes son lana, algodón, viscosa, poliéster, sisal, seda y nilón. Cada material tiene sus propias propiedades únicas en términos de durabilidad, textura y apariencia.

El tapete debe colocarse en la habitación y paralelo a la pared más larga. Si se coloca debajo de los muebles, debe ser lo suficientemente grande para que los muebles puedan colocarse completamente encima.

Sí, se recomienda usar un bajo tapete para evitar el movimiento del tapete y que ocurra algún accidente, además de proteger el piso que se encuentre por debajo.